lunes, 28 de abril de 2008

Land 250




Resulta que Patti Smith también fotografía y dibuja. Y en febrero la Fundación Cartier exhibió sus fotografías, dibujos y poemas en un trabajo que reúne sus experiencias emocionales desde 1967 al 2007. Todo ese tiempo en que fue pareja del fotógrafo Robert Mapplethorpe y vivió en el mítico Chelsea Hotel, compartiendo con William Burroughs, Allen Ginsberg y Sam Shepard, entre otros sujetos íconos de la contracultura. Dice que sus influencias durante ese periodo fueron Rimbaud, Jean Genet, Artaud, entre otros personajes. Y aunque se le asocia siempre con la escena proto-punk americana, con el tiempo sus intereses derivaron a las artes visuales, incluso realizando colaboraciones en el cine con Robert Frank y Jem Cohen.

lunes, 21 de abril de 2008

D. A. Pennebaker

Cineasta, ha filmado con su productora numerosos documentales. Muy conocido por aquellos relacionados con la música. Su estilo es el la sencilla técnica de cámara en mano, dejando ver los ajustes de enfoque en ciertas tomas y con una edición que permite entrevistas y una gran cantidad de sonido directo. Filmó en 1973, con película a color, Ziggy Stardust and The Spiders form Mars, registro de un recital de David Bowie en Inglaterra, que incluía imagenes tras bambalinas. Exactamente de la misma forma, pero en blanco y negro, filma a Bob Dylan en su gira por Londres, en 1965, en el documental Don't Look Back, donde incluye imágenes de estadías en hoteles, sus amistades (Allen Ginsberg, Joan Baez), actividad en camarines, salidas y visitas a distintos lugares. Una especie de road-movie musical. También filma en 1968, Monterrey POP, en el mismo formato, pero otra vez a color, un registro del Festival de Monterrey, en la cual muestra el público y los artistas que asistieron al evento, incluyendo a Jimi Hendrix, The Who, Ottis Reding y Janis Joplin, entre otros. Tambíén entre su trabajo se encuentran documentales de Chuck Berry y Little Richard.



Ziggy, fotograma del documental de Pennebaker.



Una rareza es el documental y cortometraje sobre la boda de Timothy Leary, el gurú del LSD, con una modelo en casa de A. Hitchcock: You're Nobody Till Someone Loves You. Entre los invitados se ven a personajes hip como el músico Charles Mingus y la fotógrafa Diane Arbus.



Leary en otra de sus locuras.




jueves, 17 de abril de 2008

Todo sigue igual, pero...



Dylan vino a tocar a Santiago por segunda vez. El lugar era chico y tan lleno no estaba. Al menos no tan lleno como esos apoteósicos conciertos del año 65 en Londres a salón lleno. Estar ahí era como estar viendo una postal sobre el pasado. Una voz que ya no era la de antes, una leyenda muerta representada en alguien vivo. Recuerdo ese artículo de Ariel Dorfmann en La Bicicleta, sobre Nicaragua y los Rolling Stones. Resulta que él había ido al concierto de los Stones con su hijo. pero el año 78 o algo así. Ya no eran los mismos Stones que Dorfmann había visto en los 60s. Mucho menos el espíritu de la época era el mismo. Pero ahí estaban tocando, frente a él. ¿Qué hay en esa cápsula intangible que es el recuerdo que mueve las acciones del presente? Es algo más allá de la nostalgia. Por ejemplo, yo aún no existía en 65, y ahí estaba Dylan, en Arena Santiago, frente amí y yo escuchando al que fue un ídolo emocional personal cuando aun estaba el colegio y escuchaba el cassette de sus grandes éxitos en el personal stereo, o recuerdo un viaje a Constitución en auto escuchando la misma cinta en la carretera.


foto de Daniel Kramer.

Es raro, pero da la impresión que las grandes fuerzas tuvieron su patio de juego en las décadas anteriores, porque no veo absolutamente NADA hoy que marque o se vislumbre como algún precedente histórico al nivel de lo que fue el chascón de arriba. Da la impresión que la categoría de rockstar está relegado a tipos que por alguna razón terminaron siendo millonarios, como Steve Jobs que le silvan y vitorean como si fuera Lennon salido de la tumba a tocar su último disco producido por Heaven Records, cuando en realidad está presentando la última carcaterística de su sistema operativo. O sea, hoy los ídolos o referentes de la juventud hoy, parecen ser los sujetos con más dinero. Cero mensaje, cero discurso, cero talento -salvo para el éxito económico- y sobre todo, cero espíritu. En aquello años cuando Dylan era un hit, el mundo también estaba mal, pero se podía hacer algo. Hoy las cosas estan peor, pero nada pasa, no hay tiempo. Quizás eso fue lo que me llevo a Santiasco a ver a Dylan, a sentir el espíritu de una época, más que a la persona. Por lo demás fue lo más cerca que estuve de alguien que vivió una idea o un ideal cultural durante las décadas anteriores. Un beat en un mundo donde solo interesa sobrevivir. Algo totalmente fuera de contexto.




"Mr. Dylan, pleeaaase..."