jueves, 2 de abril de 2009

Identificación e imagen




El mundo virtual de internet nos acerca con más precisión a la información que los medios nos entregan, pero no sólo en lo relativo a la fuente original, sino también a las interpretaciones que de ella surgen. Siendo la mayoría de ellas de carácter personal, en su conjunto, crean una compleja madeja que se ramifica hacia el interior de los temas, generando los vínculos internos que matizan el hardcore de la información para llegar a un subproducto y luago a otro. Creando, así una matriz de la cual, eventualmente, podría salir una nuevas tendencia, entendiéndo ésta como el fonómeno que por su naturaleza adquiere un carácter popular, en gran medida por su origen mediático; muy parecido a cómo las conexiones neurales cerebrales funcionan en el humano. Muchos de los recuerdos que somos capaces de experimentar, no están almacenados en una célula o un conjunto de células; la anología, en este caso, de la video-cámara que almacena imágenes en una cinta eterna, no corresponde, porque la mecánica que explica el mecanismo de la memoria es, más bien, el flujo de enlaces neuronales que se manifiestan en patrones de conexión, que asu vez pueden generar nuevos patrones si existe una conexión entre un recuerdo y otro,a su vez estas redes neuronales pueden crear vínculos asociativos con otros patrones de conexión, lo que nos da, en definitiva, la sensación de que un recuerdo se parece a otro, o embelesar un recuerdo con información anexa. En la cultura popular, estos patrones de conexión cultural se suceden época tras época, existe un sinnúmero de ejemplos de rescate visual, o redescubrimientos de manifestaciones visuales, culturales y populares. Se trata de un conjunto de resultados producto de estas reinterpretaciones que pueden caer en el rechazo, la ridiculización o bien en la aceptación y, eventualmente, la moda, cuando ésta es manejada mediáticamente con un acierto económico y mediático. El look, la pinta, el conjunto de signos y transformaciones visuales que llevan los individuos termina definiendo la actitud, la ideología emotiva o el interés sensorial de ellos.

Me complica pensar que todo este proceso o la simple búsqueda de diferenciarse del resto y, en casos extremos, la rebelión personificada mediante la imagen personal, termine creando un conciente colectivo que genere la copia, como en el punk u otras manifestaciones culturales basadas fuertemente en lo visual y que implicaban un mensaje de rechazo o disconformidad. Situación por la cual, la actitud original que busca la identificación única del sujeto, pierde todo sentido. Ahora hay seguidores. Y basta que sea minoría la que sigue esa iniciativa particular para deducir que es algo que va más allá de la matriz del individuo, algo que se transforma a la larga, en una causa común, donde termina perdiéndose la búsqueda por la imagen supuestamente única y tomando lugar la clonación de la misma. Entonces, ¿dónde está el límite entre la disidencia del individuo y la disconformidad colectiva? Buscar mi propia imagen para representarme y demostrar mi posición frente a lo que me rodea, es dar pie para un reclutamiento involuntario de seguidores, no porque el mensaje vaya ser de por sí potente, sino porque -de nuevo-, una manisfestación de la persona frente a los otros, por mucho de disidencia y disconformidad o individualismo o unicidad que ésta tenga, termina siendo siempre un ejemplo. Hoy es posible ver sujetos clonados en su imagen, muchas veces con la idea de no parecer o representarse como sujetos sin una opinión, ellos quieren pertenecer a una idea; el problema es que esa opinión ya dejó de ser teórica, se ha transformado en una opinión visual, que sigue reglas estéticas y de diseño, es una opinión iletrada, la opinión no es otra que imitar. En las mentes clonadas aparece el discurso: "no tengo idea que quiere significar que me vista así y me peine así, pero todos los demás se visten así y no quiero desencajar". ¿Significa esto que no importa qué salga a la luz, no interesa la búsqueda de la originalidad? Alguien podría decir, que el valor de lo original cae en el hecho de que es el primero, el resto son sólo copias. Ok, pero ¿no es la idea de ser el primero, sentirse único? ¿Saber que tu mensaje es sólo tuyo? ¿Decir éste soy yo y no ése? En el minuto de hacerlo, se transforma en una referencia. Quizás debiera ser como con los nombres personales, únicos e irrepetibles, salvo rarísimas excepciones. Así, la sensación de unicidad es real.

Y ahora ¿qué ropa me pongo?



4 comentarios:

robot infame dijo...

matame!!

me encantaron todos los zapatos y los pantalones..

moda, moda, moda!!

si si si si

Anónimo dijo...

internerd es un caos.
antes, al existir menos medios, el discurso estaba muchísimo + estandarizado.
ahora todo es una completa y absoluta divergencia. tiendo a creer que el concepto de "moda" está próximo a desaparecer.

Dora Cheng dijo...

no creo que la "moda" vaya a desaparecer mas bien es un continuo standarizado de lo que la gente aprende gracias a los medios...

como diria lipoventsky:
La moda se ha convertido en víctima de la moda…

La cultura de masas es aún más representativa del proceso de la moda que la misma fashion. Toda la cultura mass-mediática se ha convertido en una formidable maquinaria regida por la ley de la renovación acelerada, del éxito efímero, de la seducción y de las diferencias marginales.

El lujo ha adoptado estrategias del mercado de masas y no duda en emplear el marketing más agresivo, la provocación, el sexo... Los propios desfiles se han convertido en superespectáculos que parecen más bien un happening.

La hipervisibilidad de la marca se ha traducido en una arquitectura monumental en las tiendas convertidas en concept-stores que presentan el lujo y la moda como universo de vida que agrupa muchos más elementos, como accesorios, perfumes, arte...

Raymundo Tristán dijo...

Tampoco creo que desaparezca, puesto el fenómeno de la "asimilación de la muestra" siempre va estar presente, ya sea en término de "moda" donde la búsqueda es meramente superficial, o bien una asimilación espiritual o mística, si se quiere. Esto, porque -insisto- en la medida que uno hace una huella, deja un ejemplo a seguir, que sí o sí, se toma. De modo que el punto -creo- no es si dejará de existir o no, sino bajo qué plano.